Prólogo.

Falto de valor, el ser humano se ha vuelto un esclavo, pero lo acepta. Dios le dá al esclavo el espíritu de esclavo, y él lo acepta. Sin más. No tenemos metas, los sueños son humillados y pisoteados por la sociedad. Señalados y arrinconados como seres extraños por personas que han vendido su alma y su libertad. Personas de felicidad falsa y material, de felicidad efímera.

El hombre tomó el relevo de Dios y lo destrozó todo. Egocéntrico, pensó que lo había matado. El hombre ha matado a Dios. Pero nos equivocamos, Dios no ha muerto, simplemente nos ha abandonado. Cansado de todo el mal que representa el hombre, lo ha dejado totalmente a su libre albedrío, esperando paciente que se mate para volver a emperzar de nuevo.

Esta historía comienza en una época en la que los héroes se han extinguido.