miércoles, abril 19, 2006

La noche previa al funeral de su marido, Katherine Cathey se negó a dejar la sala donde estaba el ataúd y durmió cerca del cuerpo sin vida del marine por última vez. Los militares le hicieron una cama. Antes de dormirse, ella encendió su portatil y escuchó canciones que le recordaban a su marido muerto.

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